viernes, 23 de octubre de 2015

Padres que utilizan a sus hijos para reivindicarse a sí mismos: el caso de Andre Agassi

Ergogénica

En los años 80’ y 90’, el tenista norteamericano Andre Agassi llamó la atención de los medios y de la afición deportiva, no sólo por ganar ocho Grand Slam, sino también por mostrar en cancha una actitud bastante atrevida y provocadora para los parámetros habitualmente aceptados en el tenis, y sobre todo por presentarse a jugar los partidos no como usualmente lo hacen los competidores en esa disciplina deportiva, sino con poleras rasgadas, jeans recortados, y luciendo una vistosa “pichanguera”, ese fantasioso corte de pelo que hoy causaría asombro, pero que hartos adolescentes llevábamos con aplomo y desvergüenza por las calles de Santiago en esos años. Lo había puesto de moda el futbolista checo Tomas Skuhravy en el mundial de fútbol México 86’, jugando por la selección nacional de la entonces República Socialista de Checoeslovaquia. Hay por ahí unas fotos del mismísimo George Clooney luciendo el modelito.

Pero a lo que iba: más allá de su extravagancia, parado en la cancha, raqueta en mano, ganando partidos, títulos y mucho dinero, el joven Agassi derrochaba convicción, y a nadie se le hubiera ocurrido pensar que vivía como lo hacía, contra su voluntad.

Sin embargo, la agencia Reuters informa que de paso en México, con la distancia que le dan sus actuales 45 años, Agassi confiesa que durante el tiempo que ocupó la cima del tenis mundial fue muy infeliz y que nunca disfrutó practicar el deporte en el que destacó, porque su padre lo obligó a jugar.

"Mi padre me vendía como el número uno y cuando llegas ahí no te queda para dónde voltear, era el número uno más infeliz del mundo, prefería ser el 141. Cada vez que salí a jugar tenis sentí que estaba fingiendo", reconoció Agassi. 

"Mi papá era muy intenso, tenía ocho años y era una carga que me hundía y ése resentimiento me acompañó durante toda mi carrera profesional", apuntó. 

"No empecé en el tenis por elección, yo odiaba el tenis con toda mi alma y lo odié por la mayor parte de mi carrera. Yo tenía que golpear miles de bolas por día porque mi papá tenía la idea de que nadie me iba a ganar si golpeaba miles de bolas por día y por años", explicó.

Recuerdo otro caso más extremo, también en el tenis: el de Mary Pierce, una linda y briosa tenista francesa que aunque ganaba casi todo lo que jugaba, un día, quienes transitaban por las afueras de un court, tuvieron que intervenir para que el padre no la siguiera abofeteando por perder el partido que acababa jugar.

Tras su retiro, Agassi creó una fundación para ayudar a miles de niños alrededor del mundo, compromiso con el que se siente pleno y feliz. "Decidí tomar mi elección y darles educación a los niños, un compromiso para no fallarles, así los colores de la vida del tenis empezaron a cambiar y me di cuenta que había algo bueno", concluyó.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Tome agua, no gaseosas

Emol, miércoles, 21 de octubre de 2015

No hay sustitutos saludables para el consumo de agua. Dependiendo de la edad y del sexo, el ser humano debe ingerir entre 2 y 3 litros de agua al día. En Chile, entre 1987 y 2007, el consumo diario de bebidas aumentó de 116 cc diarios a 289 cc per cápita. 

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Por miles de años el agua ha sido el principal sustento de la vida de los seres humanos. Al menos, hasta que la revolución industrial y el boom de la publicidad cambiaron nuestros hábitos. Hoy, luego de un siglo de dura batalla con las bebidas procesadas, la tendencia parece volver a lo "natural".

¿Por qué el agua?

La literatura a favor del agua es vasta: estudios y estadísticas de las más variadas fuentes del mundo académico y corporativo hablan sobre los beneficios del consumo de agua. No son propiedades mágicas pero si considerables, entre las que se encuentran mantener el balance de los fluidos del cuerpo, ayuda a controlar las calorías, ayuda a energizar y optimizar la musculatura, mejora la apariencia y hidratación de la piel, ayuda a conservar los riñones y a mantener la función normal intestinal, entre muchas otros beneficios.

¿Cuánta agua tomar?

La OMS es clara: No hay sustitutos saludables para el consumo de agua. Una opinión que es también unánime entre los especialistas: la recomendación es tomar entre 2 y 3 litros de agua al día dependiendo de la edad y del sexo. En términos más específicos, los hombres mayores de 19 años deben tomar 3 litros y las mujeres sobre esta edad 2,2 litros diarios. Aproximadamente el 80% del agua diaria incorporada al organismo proviene de la ingesta directa de agua. Un mecanismo que no sólo es necesario para estar vivos: en un mundo donde la obesidad es una pandemia que afecta al 30% de la población (adulta e infantil) es una de las soluciones para mantener el peso a raya.

Agua vs. la industria mundial: "si no puedes contra ellos, úneteles"

El amorío de Estados Unidos con las bebidas gaseosas o "sodas" fue largo, intenso y el quiebre ha sido lento. Por más de dos décadas las bebidas fueron la elección número uno con un consumo “peak” de 204 litros por año en 1998, de acuerdo a los datos de Beverage Digest.

Desde esa fecha la tendencia ha ido retrocediendo. Hoy la cifra se ubica en cerca de 166 litros anuales dependiendo de las fuentes, que si bien aún es un número alto, representa una caída de cerca del 20% en dos décadas. La inmensidad de recursos en marketing invertidos por grandes compañías del rubro -las principales The Coca Cola Co. y PepsiCo- en lograr que las personas beban más gaseosas en vez que agua embotelladas no ha sido capaz de frenar el cambio.

Es por eso que la industria, siempre flexible y atenta, dio un fuerte giro y se "apoderó" de los beneficios de lo natural con su nuevo producto estrella: el agua embotellada, que según algunos estudios sería hasta 2.000 veces más cara que el agua de la llave, a pesar de que diversos análisis muestran que no sería ni más beneficiosa ni tiene mejor sabor que la corriente.

El agua embotellada esta nueva tendencia con un consumo de 79 litros por año. Además, es difícil estimar o rastrear el consumo de agua de grifo, porque existen otros usos como la ducha o el lavado lavar de platos y ropa, pero cuando se considera el consumo de agua embotellada y de grifo juntos, se estima que éste comenzó a sobrepasar a las gaseosas con 219 litros el 2008 de acuerdo a Beverage Digest.

El consumidor de agua embotellada tiende a elegir por precio, es decir, comprar la más barata, lo que presiona a las compañías a mantener precios competitivos, impactando el margen o rentabilidad en esta categoría e impulsándolas a recortar costos. Aún en el segundo lugar aparece el agua de la llave, pese a que se espera que durante los próximos años su consumo se dispare. Esto por la creciente relevancia que cobran factores que preocupan a los compradores: la preocupación de los consumidores por la cantidad de residuos que producen las botellas plásticas, las críticas a los efectos del plástico sobre el contenido del producto, el ahorro de dinero, la nueva percepción que el agua de grifo no tiene mal gusto, y últimamente la promoción de su consumo por parte de la ciudades como es el caso de New York City y otras ciudades.

Los expertos prevén que el consumo de agua se mantendrá en el primer lugar en el mediano y largo plazo, pero es difícil estimar si beberán del grifo o agua embotellada. De acuerdo a Michael Bellas, CEO of Beverage Marketing Corp, el agua embotellada por si sola sobrepasará a las gaseosas en las próximas décadas. Una cifra estremecedora, sobre todo si consideramos que de acuerdo a Beverage Digest, las ventas de gaseosas en Estados Unidos son 5 veces mayores que las de agua embotellada en términos de ventas en dólares y sólo el doble en términos de volumen.

La triste radiografía del consumo en Chile

Según un estudio realizado en conjunto por el Centro de Estudios Avanzados de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Playa Ancha (Upla), y el Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos (Inta) de la Universidad de Chile, entre 1987 y 2007 el consumo diario de bebidas aumentó de 116 cc diarios a 289 cc per cápita. Es decir, en 20 años, los chilenos aumentaron el consumo de bebidas en un 151%.

Una tendencia que los expertos en salud critican y relacionan de manera directa con los altos índices de obesidad que hay en nuestro país. "Nuestro perfil alimentario no es bueno en este momento y tenemos que hace un llamado a consumir productos más naturales, a volver a nuestras preparaciones tradicionales, porque nuestra dieta tiene un alto componente de productos ultraprocesados que son grandes aportadores de densidad energética, grasas saturadas, azúcares agregados y sal", señala Mirta Crovetto, decana de la facultad de Ciencias de la Salud de la Upla.


Según la especialista, esta triste radiografía es en gran medida consecuencia de la falta de una información o educación alimentaria en los hogares y las familias, que les permita hacer una elección más correcta sobre los alimentos que necesitan. El problema -estima Crovetto- es que sin la información y educación necesarias para modificar conductas, "es muy difícil que podamos lograr cambios en un tiempo menor a 15 años".

jueves, 15 de octubre de 2015

Sobrepeso y obesidad: una pandemia sin control

EMOL, 11-10-15

Vistos como enfermedad, y no como una cualidad puramente estética, el sobrepeso y la obesidad son la afección más extendida y más letal en la historia de la humanidad. Según datos de la OMS, en el mundo un 39% de las personas adultas de 18 o más años tienen sobrepeso, y el 13% son obesas.

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El pasado 11 de octubre el planeta celebró el "Día Mundial del Combate Contra la Obesidad".

Y pasa que Chile es uno de los países más afectados por la epidemia de sobrepeso y obesidad en el mundo.

Según la última Encuesta Nacional de Salud 2009-2010, un 67% de los chilenos, es decir, cerca de 8.900.000 personas, tiene exceso de peso. De ellos, un 39,3% tiene sobrepeso, un 25,1% obesidad y un 2,3% obesidad mórbida. Y la obesidad ataca especialmente a nuestras mujeres: el 30,7% de la población femenina la padece, contra un 19,2% de los hombres.

¿Y los niños? Según el informe “Panorama de la Inseguridad Alimentaria en América Latina y el Caribe” de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), un 10% de la población infantil en Chile tiene obesidad, lo que coloca a los niños chilenos como los segundos más obesos de la región. Datos consistentes con el último Simce de Educación Física de noviembre de 2012, que evaluó 25 mil alumnos de octavos básicos, arrojando que sólo un 48% de los niños, y apenas un 12% de las niñas, alcanzan un nivel satisfactorio en rendimiento muscular, flexibilidad y resistencia cardiorrespiratoria.

Según los especialistas, estos números vienen principalmente del sedentarismo y del alto consumo de alimentos procesados y envasados, de bebidas azucaradas y de pan.

¿Qué hacer ante este desalentador panorama? Para frenar la epidemia de obesidad infantil, la OMS recomienda una serie de medidas que es posible tomar en el hogar:

- Aumentar el consumo de frutas y hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos.
- Reducir la ingesta total de grasas y sustituir las saturadas por insaturadas.
- Reducir la ingesta de azúcares.
- Realizar un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física de intensidad moderada o vigorosa, que sea adecuada para la fase de desarrollo y conste de actividades diversas.

Aunque lo que pasa en el hogar incide fuertemente en los índices de sobrepeso y obesidad, la OMS subraya que el tratamiento del problema debe tener un enfoque multidisciplinario, y que los colegios tienen mucho que aportar para corregir hábitos y conductas, porque es ahí donde los niños comparten durante gran parte del día.

"Se ha visto que la función cognoscitiva de los niños es influida por el estado nutricional y el ambiente psicosocial que enmarcan su crecimiento y desarrollo. Por lo tanto, un ambiente desfavorable, al igual que una alimentación inadecuada -sea por exceso o déficit de ciertos nutrientes- pueden impedir que un individuo logre su máximo potencial", explica Consuelo Muñoz, nutricionista y vocera de Fundación Banmédica.

"Ello no sólo incide negativamente sobre su desarrollo físico, sino que también lo hace en el desarrollo intelectual, el estado de alerta, los niveles de concentración y rapidez al pensar y, por ende, sobre el rendimiento escolar", advierte.

¿Qué pueden hacer en concreto los colegios? Según la especialista, algunas medidas que pueden implementar son:

- Asegurar que todos los alimentos que se ofrecen cumplan con un criterio saludable.
- Establecer lugares y tiempos para comer.
- Entregar constantemente a los alumnos mensajes sobre conductas nutricionales beneficiosas.
- Establecer instancias donde se pueda educar y motivar a los padres o responsables del cuidado de los niños, sobre la importancia de inculcar hábitos saludables.

A esto, la OMS agrega:

- Dictar clases diarias de educación física con actividades variadas adaptadas a las necesidades, intereses y capacidades del máximo número de estudiantes.
- Ofrecer actividades extracurriculares: deportes y programas no competitivos (por ejemplo, recreos activos).
- Alentar la utilización de medios de transporte no motorizados para acudir al colegio y a otras actividades sociales.
- Ofrecer acceso a los estudiantes y a la comunidad a instalaciones adecuadas para la práctica de actividades físicas.
- Alentar a los estudiantes, profesores, padres y demás miembros de la comunidad a que desarrollen actividades físicas.

El Índice de Masa Corporal

El IMC es un indicador de la relación entre el peso y la talla de una persona, y se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2). Un IMC igual o superior a 25 determina sobrepeso. Un IMC igual o superior a 30 determina obesidad.

Aunque se ha objetado la utilidad de esta fórmula por no considerar características individuales como la contextura, el tipo de musculatura y otros aspectos, es el indicador que utiliza la OMS para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos, y detectar tempranamente la presencia de ambos desórdenes.

10 datos OMS sobre obesidad

1. El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
2. En 2008, más de 1.400 millones de adultos mostraban sobrepeso y más de 500 millones eran obesos.
3. En 2013, 42 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso.
4. En el ámbito mundial, el sobrepeso y la obesidad causan más muertes que la escasez de alimentos.
5. La obesidad suele ser el resultado de un desequilibrio entre las calorías ingeridas y las calorías gastadas.
6. El apoyo de la comunidad y del entorno son fundamentales para influir en las elecciones personales y evitar la obesidad.
7. Las elecciones de los niños, su dieta y el hábito de realizar actividades físicas dependen del entorno que les rodea.
8. Una dieta saludable puede contribuir a prevenir la obesidad.
9. La actividad física regular ayuda a mantener un cuerpo sano.

10. Para frenar la epidemia mundial de obesidad es necesaria una estrategia poblacional, multisectorial, multidisciplinaria y adaptada al entorno cultural.