domingo, 29 de noviembre de 2009

Por qué se deprimen las chilenas.


RY, 24-11-09.

Según investigaciones de la psiquiatra Graciela Rojas (Universidad de Chile), las chilenas se deprimen más por ser chilenas que por ser mujeres. La culpa de no cumplir con todo y todos, asumir el peso de todas las tareas de la casa y ganar menos que los hombres son las tres grandes causas por qué las chilenas se depriman más que ninguna otra mujer del mundo, dice la psiquiatra. El dato es reelevante, considerando que que la mayoría de ellas es madre, y una madre deprimida cría hijos con el 50 por ciento de probabilidades de deprimirse en el futuro.

Por Magdalena Andrade.

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A la consulta de la psiquiatra Graciela Rojas llegan cada día mujeres como Elena, con fuerzas apenas para levantarse por las mañanas. Entre lágrimas, confiesa que ya no soporta sentirse vulnerable. Que después de treinta años trabajando en una institución, y a poco de jubilar, su empleador le pidió que renunciara voluntariamente a cambio de una indemnización. Ella no se lo esperaba: contaba con trabajar, porque su madre depende de ella y su marido acaba de quedar cesante.

Veinte años más joven, Sara, una madre también profesional, casada y con varios niños chicos, también confiesa que ya no da más con la presión. La gota que rebasó el vaso fue su madre, quien acaba de ser hospitalizada en una clínica. Es cierto, todo está bajo control, pero ya no soporta la culpa que el resto de la familia le hacen sentir: debe estar la mayor parte del tiempo posible pendiente de su madre. Atenta a que no le falte nada. Ni siquiera un paquete de pañuelos desechables, si es que la enfermera no puede llevárselos. ¿Licencia por estrés? No, por favor: no quiere sentar un mal precedente en su trabajo.

Andrea, de la misma edad de Sara, no trabaja, pero también está cansada, abatida. Vive una mala situación económica, violencia por parte de su marido y conflictos con sus hijos, pero lo que más la aflige es su falta de autonomía: se siente en un callejón sin salida.

Provenientes de tres mundos muy distintos, estas tres mujeres tienen un punto en común: forman parte del 12% de las chilenas que están bajo el umbral de la depresión, y que, de agudizar sus síntomas, podría desarrollar la enfermedad, mal que hoy afecta a entre el 5% y el 10% de los chilenos.

Esta cifra se ha mantenido relativamente estable en las décadas recientes, explica la doctora Graciela Rojas, pero en el último tiempo ha cambiado su composición. Como profesora titular de Psiquiatría y directora de la Clínica Psiquiátrica Universitaria del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, ha participado de varios estudios sobre depresión que se han hecho en Chile, y que han evidenciado que, aquí, la depresión se convierte cada día en un problema femenino: por cada hombre enfermo hay tres mujeres. Un tercio de las consultas de las chilenas a los médicos generales son por esta causa. Y el 16,9% de ellas proviene de adolescentes mujeres de enseñanza media.

Todas estos números contribuyen a que Chile sea el país con las tasas de depresión femenina más altas del mundo. Más altas, incluso, que las de los países ricos como Inglaterra, realidad que la doctora Rojas conoce bien porque durante años ha desarrollado un trabajo en paralelo con la Universidad de Bristol.

Allí, esta especialista ha expuesto su teoría sobre la depresión femenina: las chilenas no están más deprimidas porque tengan alguna predisposición genética o vulnerabilidad biológica. Se enferman más por la cultura en la que viven.

"La depresión femenina en Chile, entre los 25 y los 65 años, es un problema de género. No de sexo. En casi todo el mundo son las mujeres las más vulnerables a enfermarse, pero aquí es más que ser mujer: es la construcción social en la que nos toca vivir, donde la clave es la inequidad, que es la que está enfermando a las mujeres de depresión. En el caso de las de menores ingresos, con falta de acceso al trabajo, a lugares que entreguen un buen cuidado de los hijos y oportunidades educacionales. En el caso de las mujeres profesionales está la inequidad en el ingreso y en la carga de trabajo que ponen sobre sus hombros. Es indigno que una mujer gane menos dinero por hacer el mismo trabajo que un hombre. Es indigno que tenga que llevarse, sin ayuda, el peso de la familia, porque eso les hace vivir en constante culpa", dice la especialista.

Cree que la solución para bajar estos índices, si bien es cierto tiene que ver con el manejo médico de la enfermedad -hacer más conciencia de ella y mejorar los diagnósticos- también tiene que ver con un aspecto político y sobre todo social: revertir la inequidad.

Mujeres deprimidas, madres deprimidas.

La doctora Rojas cuenta que a mediados de los noventa, cuando se iniciaron en Chile los primeros estudios sobre depresión, nadie creía que las cifras de mujeres deprimidas fueran tan altas. Por eso, demoraron más de diez años en implementar, en el sistema público, los primeros programas de tratamiento. Lo importante, dice la especialista, fue que se logró crear conciencia entre las autoridades de salud de lo vital que resulta pesquisar a una mujer, y sobre todo a una madre, en el umbral de sufrir depresión, considerando lo que las estadísticas dicen frente al tema: una mujer con tres o más hijos menores de 14 años, enfrentada a un acontecimiento tensionante, tiene altas probabilidades de sufrir la enfermedad.

Y una madre depresiva cría hijos depresivos: los estudios dicen que el 50% de ellos tiene probabilidad de desarrollar la enfermedad u otro trastorno en el futuro.

"Hoy hemos hecho varios avances. Logramos, por ejemplo, que cuando un profesional está tratando a una mujer depresiva, piense que detrás de esa mujer hay niños que están en riesgo. Abordar ese tema es muy, muy importante para salir al paso de la propagación transgeneracional de la depresión. Porque una mamá deprimida es una mamá que está irritable, mala onda, que tiene una visión negativa del mundo, que se despreocupa. Además, está criando, y los niños, frente a esa madre, se sienten muy desprotegidos. Imagina esta situación en una familia donde sólo está la madre, o donde hay madre y abuela, pero las dos enfermas. La mujer, pobre o con plata, trabaje o no trabaje, debería ser una preocupación para el sistema. Deberíamos tratar que estas mujeres no se enfermen, porque si lo hacen, desmoronan a toda la familia".

Qué hacer frente a este escenario de mujeres deprimidas es una respuesta incierta para la doctora Rojas. En materia de tratamiento de la enfermedad, la incorporación de la depresión dentro del plan Auge ha sido de gran ayuda para diagnosticar y tratar a tiempo a las mujeres de los estratos económicos más bajos. En el caso de las mujeres de estratos más altos, la labor de esta psiquiatra y su equipo ha estado en dictar cursos de capacitación para que los profesionales vinculados a la salud femenina sepan identificar y tratar a una paciente cuando se encuentra deprimida.

Sin embargo, hay factores que deberían ser una meta como sociedad cambiar. Primero, deberíamos cambiar la forma cómo expresamos nuestras emociones:

"Aunque somos más sensibles que los hombres, las mujeres tampoco estamos educadas en las emociones. Somos censuradas en todas partes: hasta al interior de la familia, donde uno podría pensar que hay permiso para mostrarlas. Está el: ya te estás quejando, no seas llorona. Hay una exigencia cultural de que la mujer debe mostrarse fuerte. Hay que aprender a manifestar la pena, la rabia, la tristeza, y también a regularla. No es que uno tenga que andar llorando por todas partes, pero sí darse espacio para llorar".

Marcadas por la culpa.

Según las investigaciones que han medido los factores que desencadenan la depresión, las chilenas más vulnerables a sufrir depresión serían aquellas de menores recursos y que además se encuentran fuera del mercado laboral. Esto, explica Graciela Rojas, se da porque el trabajo se supone que entrega mayor autonomía y control sobre las decisiones que se toman dentro del núcleo familiar.

Un dato importante para reflexionarlo, dice, pensando en que Chile tiene una de las tasas de incorporación laboral más bajas de América Latina.

"Las que se llevan la peor parte son las mujeres más pobres y las dueñas de casa, que no tienen independencia y autonomía, y eso es lo que más resienten cuando están en la consulta. Y si a esto le sumas la enorme violencia que se vive en las casas chilenas, las convierte en mujeres que están atrapadas".

Sin embargo, dice la doctora Rojas, aquí en Chile cuesta creer que el trabajo sea un factor protector de la depresión femenina. No, al menos, en las condiciones en que actualmente lo hacen las chilenas, especialmente aquellas profesionales y que tienen una mayor preparación intelectual:

"Este grupo de mujeres, en comparación con los hombres, están en una enorme desventaja, porque en el último tiempo se han incorporado rápidamente al trabajo y a tener las mismas funciones que los hombres; sin embargo, pasan dos cosas: uno, que los hombres no han sido igualmente rápidos en tomar tareas domésticas -lo que genera que en la casa la mujer tiene mucha más sobrecarga que el hombre- y también porque no ganamos lo mismo. Las cifras son espantosas, y eso es horroroso, porque si uno piensa, a mayor escolaridad deberían tenerse los mismos beneficios que los hombres, y es al revés, ganas menos plata por el mismo trabajo. Y es sabido que la falta de reconocimiento es un factor muy importante a la hora de deprimirse".

Esta inequidad, a su vez, es la madre de la culpa con la que viven las mujeres chilenas. Al no ser reconocidas aquí, quieren serlo en otros ámbitos. Ser la mejor madre, la mejor mujer. Absorben todo como una esponja, les cuesta delegar y tampoco encuentran un hombro sobre el cual hacerlo.

"Si tú vas a Gran Bretaña, donde hay menores índices de depresión que aquí, te darás cuenta de que las mujeres tienen muchas cosas solucionadas que nosotros todavía estamos lejos de resolver. La culpa, por ejemplo. Primero, porque son educadas de manera más liberal. Segundo, porque, aunque no tienen ayuda doméstica, tienen una buena red de apoyo, tanto municipal como de organizaciones comunitarias, que funciona muy bien en la ayuda a la mujer cuando está en una situación de conflicto. Por ejemplo, en los hospitales existen asistentes que pueden suplir a la familia cuando uno de sus miembros no puede estar. Hay ayuda a las mujeres que deben cuidar de adultos mayores o hijos discapacitados, redes de transporte de niños, etc. En Chile, en cambio, es muy distinto: aunque estés pagando, el sistema no se hace cargo de ciertas cosas. No se hace cargo del médico que nos dice: ¿pero cómo no puede venir, si es su mamá la que está hospitalizada?, sabiendo que nosotras querríamos estar ahí todo el día, pero tenemos una jornada de trabajo que cumplir. No se hace cargo de la familia, que siente que somos nosotras las que debemos estar ahí. Lo mismo pasa con el colegio: pongamos a nuestros hijos en un colegio público o pagado, paguemos o no, igual nos llaman porque el niño no está aprendiendo bien o se está portando mal. Y nos citan a las 10 de la mañana, aunque trabajemos".

Sentir que todo el peso de la familia cae sobre sus hombros agobia a las mujeres, que se comportan como esponjas, queriendo hacerse cargo de todo, pero además tampoco encuentran ayuda en el resto de las instituciones. ¿Qué pasa con ellas? Se sienten sobrepasadas. Y muchas, especialmente en los estratos altos, sienten que medicarse es la única forma de poder sobrellevar la carga, sobre todo cuando empiezan a evidenciar los primeros síntomas: angustia, idea de culpa y de minusvalía.

Estas mujeres no necesariamente están deprimidas, dice la doctora Rojas. Aunque sí, pueden estar generando el caldo de cultivo para hacerlo.

"Hay muchísimas mujeres que toman ansiolíticos -especialmente benzodiazepinas como el Ravotril- sin ir al doctor. Se lo intercambian y piden prestados a las amigas que los toman, se los consiguen en el trabajo. Lo usan como un aliado para poder llevar la carga de trabajar, de llevar la casa, un determinado estándar de vida. Muchas se engañan y dicen: Me voy a tomar uno porque estoy un poquito nerviosa, pero comienzan a desarrollar efectos colaterales, y uno de los más importantes es la dependencia. Yo creo que se lo toman de una forma bastante liviana, cuando lo que corresponde aquí es pedir ayuda. No importa a quién sea: al ginecólogo, al pediatra de los niños, al médico general, si no se puede ir al psiquiatra".

-¿Vamos hacia un futuro en que un ginecólogo podrá diagnosticar una depresión y recetar antidepresivos?

"Sí, y estoy de acuerdo con eso, porque el ginecólogo es una figura muy importante para la mujer, porque durante buena parte de la vida es la única figura médica con la que tiene contacto. Y esta figura es especialmente importante en caso de las mujeres en etapa de puerperio, que es muy difícil que se acerquen a un psiquiatra o a un psicólogo. Sin embargo, estamos trabajando en que estos especialistas estén bien capacitados para enfrentar una depresión, y sobre todo para que puedan indicar antidepresivos cuando corresponde: sólo cuando están frente a una depresión moderada a severa".

No es lo mismo estar triste que deprimido.

"Estoy deprimida", "estoy bajoneada", "necesito algún remedio para salir de esto", son frases recurrentes en la consulta de la doctora Rojas. Son muchas las mujeres que llegan quejándose y sintiéndose deprimidas, y es cierto, tienen razones para sentirlo. Pero no todas lo están: es más, la depresión sólo se diagnostica cuando los síntomas -desánimo e incapacidad para disfrutar de la vida- se mantienen inalterables durante un período prolongado del tiempo y, sobre todo, cuando imposibilitan que la mujer pueda seguir trabajando. Pero hay muchas mujeres que se llaman a sí mismas "depresivas" siendo que sólo están sobrepasadas, o sólo tristes por algún acontecimiento específico.

-¿Cuál es la diferencia entre sentir tristeza y la depresión?

"Es como la diferencia entre un resfrío y una gripe. Un resfrío te da un poquito de secreción, pero en una gripe estás apaleada completa y no puedes ir a trabajar, aunque quieras. Yo puedo estar bajoneada, triste, y eso puede no ser una depresión, sino una reacción a un hecho que me sucedió. La depresión es un conjunto de síntomas, donde está la tristeza, pero hay muchos más síntomas. Sentir tristeza después de un duelo es normal. Sentir pena en caso de perder el trabajo, también. Pero yo te ofrezco un trabajo y tú estarás en capacidad física, mental y funcional para aceptarlo. Si estás enferma, simplemente no estás en condiciones. Ahora, es cierto que en las enfermedades psiquiátricas los médicos no tenemos un examen de sangre para decir: está deprimida. Se ha tratado de cuantificar los síntomas para hacer esto un poco más objetivo. Pero lo importante es aprender a sentir tristeza cuando hay una razón detrás de ella, porque tenemos los mecanismos para salir adelante. De hecho, estamos preparados para enfrentar una depresión leve sin medicamentos".

-¿Cómo?

"Con una psicoterapia, por ejemplo, o una intervención psicosocial. Distinguir la tristeza y compartirla con la familia y amigos actúa también como un colchón amortiguador".

-Pero las personas tienen miedo a sentirse tristes. ¿Qué pasa con aquellas que se automedican?

"A las chilenas les gustan los medicamentos, porque no son tan caros y además se saben sus otros usos, como la disminución de peso. Pero, además, las mujeres somos buenas para evadir los miedos y las tristezas. En el caso de los duelos, son muchas las que dicen: recétele algo a mi mamá porque se murió su hermana. ¿Pero por qué, si le hace bien conectarse con su pena? No las vas a dopar con un diazepam o un lorazepam para que no se sienta mal. Pero muchas veces la gente viene con esa petición de encontrar un remedio para que se le quite la pena".

viernes, 27 de noviembre de 2009

Los cuadernos de Darwin ya pueden leerse en formato digital.


EM., V,CyT, 25-11-09.

La organización English Heritage subió a la web sus notas de viaje.

Los documentos originales, incluyendo sus comentarios sobre lugares de Chile, se pueden ampliar y revisar como si estuvieran en las propias manos.

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Un viaje a "Pudaguel" para ver "limestone" (piedra caliza) es una de las actividades que realizó Charles Darwin durante su permanencia en la zona central en 1834. Es posible saberlo gracias a sus propios apuntes, los que desde ayer están disponibles en el sitio web del principal organismo de preservación histórica en Inglaterra, English Heritage, con motivo de los 150 años de la publicación de "El origen de las especies".

Los distintos cuadernillos están en sus versiones originales y se pueden leer hoja por hoja, lo que permite dar un vistazo a la caligrafía del científico y a sus múltiples observaciones y correcciones. Y si el desafío de entender la letra es infranqueable, algunos textos cuentan con una transcripción, lamentablemente no es el caso del cuaderno que relata su paso por Chile.

La organización inició, además, esta semana una campaña internacional para hallar el único cuaderno que falta. El científico lo escribió durante su viaje por las Islas Galápagos y le sirvió como material clave para su Teoría de la Evolución. Éste habría sido robado de su propiedad de Kent, en el sur de Inglaterra, en las décadas de 1970 o 1980. En el borrador, el científico describe haber visto una tortuga gigante, como también distintas aves locales.

Es la pieza faltante de la colección de 15 cuadernos de viaje, pero está presente en forma digital en una precaria versión rescatada de un microfilm de 1969.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Medicina alternativa se beneficia de efecto de placebo.


PM, 20-11-09.

Por Marilyn Marchione, AP.

Quienes busquen remedios naturales para sus males se alegrarán al saber que hay uno que funciona muy bien. Se resume en tres palabras: “Le tengo fe”.

Se trata del efecto placebo, como se denomina a las píldoras o tratamientos que hacen sentir mejor a una persona simplemente porque esa persona cree que le van a hacer bien. Es la capacidad que tiene la mente de alterar los síntomas físicos, como dolor, ansiedad y fatiga.

Ese efecto se hizo evidente en un reciente estudio en torno a una nueva medicina para el lupus: un tercio de los pacientes dijo sentirse mejor después de tomar pastillas falsas.

El efecto placebo desempeña un papel muy importante en la medicina alternativa, que ofrece terapias y remedios a base de hierbas que no tienen un sustento científico, y que dependen más bien de la fe que pone el paciente que de propiedades curativas. A menudo los problemas que supuestamente resuelven, como el dolor, son subjetivos.

“Se supone que, al no ser algo verdadero, no tiene ningún valor medicinal”, comentó Robert Ader, un psicólogo de la Universidad de Rochester, estado de Nueva York, que ha estudiado este fenómeno.

Sin embargo, sí puede tener efectos reales y beneficiosos, agregó.

“Muchos de los resultados de ciertos procedimientos alternativos son básicamente consecuencia del efecto placebo, a menos que uno crea que hay gente con poderes mágicos, que acercan la mano a tu cuerpo y te cura una enfermedad”, declaró Ader. “Es posible que te hagan sentir mejor, especialmente si tú le tienes fe”.

El efecto placebo representa un tercio de los beneficios de cualquier tratamiento, incluidos aquellos en los que se emplean medicinas cuidadosamente estudiadas, señalan los científicos. En un informe de 1955 que marcó un hito, H.K. Beecher analizó numerosos estudios y llegó a la conclusión de que el 32% de los pacientes respondían al placebo.

Estudios posteriores comprobaron que las pastillas falsas pueden acelerar el pulso, la presión y la velocidad de reacción cuando se le dice a una persona que tomó un estimulante; lo contrario ocurre cuando se le dice que ingirió una medicina que le causaría mareos.

¨Cómo funciona esto? Los científicos no están muy seguros, pero hay varias posibilidades. Estudios del cerebro revelan que la convicción de que una pastilla va a surtir efecto puede causar cambios biológicos y afectar los niveles de los mensajeros químicos o de las hormonas del estrés que hacen sentir dolor o placer.

Las emociones también pueden producir cambios físicos. Si un niño tiene tos, por ejemplo, el llanto le encogerá los conductos de aire y le dificultará la respiración. Mucha gente cree que la inhalación de vapores fríos ayuda, pero se han hecho estudios que indican que no tiene efecto alguno, según Owen Hendley, pediatra de la Universidad de Virginia.

No obstante, hay gente que jura que sí funciona.

“El niño se sienta en la falda de la madre y la madre acerca el vaporizador al niño. El niño se calma y la madre también. La escena, y la sensación de la madre de que está ayudando, hace que todos se relajen” y el niño termina respirando mejor, explicó Hendley.

El doctor Thomas Schnitzer dice que los médicos tradicionales están conscientes del efecto placebo y a veces lo explotan. Un estudio reveló que muchos médicos admitieron darle de vez en cuando a sus pacientes píldoras de azúcar, drogas o vitaminas que no los ayudarán, en la esperanza de que se haga sentir el efecto placebo.

En Baltimore, el Centro Médico de la Universidad de Maryland (University of Maryland Medical Center) ofrece a algunos pacientes terapia de reiki, que se supone cura usando una energía invisible manipulada por una persona. El jefe de anestesiólogos del hospital Richard Dutton dice que se trata de una auto-hipnosis y lo compara con las clases en las que se le enseña a las mujeres a respirar para distraerlas y que no sientan tanto dolor durante el parto.

Dutton dijo que, llámase como se le llame, es importante “crear el estado mental indicado en la persona. Los mismos pacientes nos lo dicen. Eso es lo que queremos lograr al combatir dolores. Y si el 30% de los pacientes dicen que se sienten mejor con placebo, ¨por qué no se lo vamos a dar?”.

La publicidad y testimonios de personas que usaron un producto pueden estimular un efecto placebo. El aerosol Airborne es un ejemplo. Rich Cleland, abogado de la Comisión Federal de Comercio, dijo que al paciente le resulta “difícil, si no imposible, determinar si hizo algo por él”.

Agregó que puede estar funcionando el efecto placebo y que a la gente, por otra parte, no le gusta admitir que le tomaron el pelo.

También se dan casos como el del insomnio. Michael Perlis, psicólogo y científico de la Universidad de Pensilvania, dice que si uno duerme mal una noche, es previsible que a la noche siguiente duerma mejor. Si esa noche toma una pastilla, pensará que durmió mejor por ella, pero no hay forma de saber si es así o si simplemente fue consecuencia de la fatiga acumulada.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Graham Charles, kayakista extremo: “El fin de semana, sal al cerro. No te quedes en casa”.


En RDD, EM., domingo 8 de noviembre de 2009.

Por Rodrigo Cea.

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¿Las montañas o el mar? Graham Charles tuvo que elegir entre dedicarse al remo del kayak o los bastones de escalada. Al final, lo que inclinó la balanza fue la posibilidad de conseguir publicidad: "Era más fácil salir en la revistas haciendo fotografías de alta calidad a bordo de un kayak, que con fotos de escaladas de roca. Y cuando sales en las revistas, claro, es más fácil conseguir dinero para tus expediciones. Fue sólo eso, porque, de verdad, la montaña había sido, y aún es, un aspecto muy importante en mi vida".

En esa época no tenía cómo saber que -con el tiempo- se convertiría en uno de los mejores kayakistas del mundo.

El gen outdoor de Charles hay que buscarlo en su infancia. Nacido junto a un lago, un par de ríos y las montañas de un pueblo pequeño en Nueva Zelandia, crecer con ese entorno fue vital para su vocación por la aventura y la vida al aire libre: "No hay otros países así, tan multidisciplinarios, con buenos montañistas y buenos navegantes. Es cierto que la geografía de Nueva Zelandia es muy parecida a la de Chile, pero aquí es más difícil el acceso, sobre todo si eres adolescente y vives en una ciudad como Santiago. Cuando yo tenía 16 años, a 25 minutos de casa tenía buenas rocas para escalar, montañas, ríos con rápidos apropiados para el kayak".

Y eso no es todo: "En la secundaria estás obligado a hacer, al menos un par de veces, salidas de una semana para cursos de orientación, montañismo, kayak. Y si te gusta el tema, puedes unirte a un club y salir cada fin de semana de excursión. La educación deportiva es muy importante para nuestra sociedad. Algunos la odian, es cierto, pero, al menos, la conocen. Y a muchos otros les gusta, y mucho".

Poco a poco, Charles comenzó a cosechar fama mundial como kayakista y por sus libros de fotografía, como The Frozen Coast y Unclaimed Coast.

"Hasta mi primera expedición a la Antártica, en 2001, nunca había hecho kayak de mar. Resultó ser otro mundo. Tuve que aprender a convivir con el viento, el gran enemigo del kayak en el océano: con 40 nudos en contra, sencillamente, no puedes hacer nada".

Charles ha enfrentado vientos, tormentas y temperaturas extremas en sus tres expediciones más importantes: Groenlandia, la península Antártica y South Georgia (territorio británico en el Atlántico sur):

"Las tres fueron muy diferentes. En Groenlandia el principal problema fue el sicológico, porque fue lo más aburrido de mi vida. 35 días sin ver nada más que planicies blancas, sin animales ni nada. Al segundo día ya quería que un helicóptero me sacara de ahí. South Georgia fue importante por la reputación que nos brindó, pues nadie había hecho ese viaje antes. El problema era que cada vez que tomaba una decisión era un riesgo, pues no había referencias. Hubo que apelar mucho a la intuición. Antártica fue lo más duro, aunque hubo buen clima: acampar sobre el hielo y navegar ahí siempre es difícil".

-¿Cuál es tu inspiración para este tipo de viajes?

Mi filosofía y la de mi equipo es que no debemos hacer todo fácil. Después de todo, estamos yendo, por ejemplo, a ver la vida salvaje de la Antártica, es una experiencia dura y no debe ser empañada por el confort para vivirla de un modo más real.

-¿Qué ventaja da el kayak?

Su mecánica, que es pequeño y maniobrable y, lo principal, que vas apenas separado del medio por una delgada lámina de kevlar. El barco, por ejemplo, te da otra perspectiva y otra velocidad. En el kayak viajas lento y ésa es una gran virtud, pues ves más. A nosotros no nos interesa la velocidad.

-Cómo fotógrafo, además, te da otro punto de vista.

Tiene ventajas y desventajas. Desde el kayak no tienes la perspectiva aérea que te da un buque, pero obtienes un punto de vista único, al nivel del agua, que hacer sentir como si estuviera ahí a quien ve las fotos.

-El agua o el riesgo: ¿Cuál es tu principal obsesión?

La verdad, yo no veo al riesgo como una obsesión o motivación. El problema es que me gustan los ambientes donde sí hay riesgos y esos sitios me obligan a dar lo mejor de mí. Y, claro, aunque es cierto que el agua me atrae, adoro el mar tanto como los cerros. Yo siempre quise ser montañista, el kayak vino después. Pero, como dije antes, en Nueva Zelanda era muy difícil hacer algo de fama escalando o subiendo cerros.

-¿Cuánto tardas en preparar una gran expedición?

Entre un año y un año medio, la mayor parte del tiempo, claro, buscando auspiciadores y dinero. El equipo, a estas alturas, no es gran problema, como sí lo es llegar a estos lugares tan remotos, donde no operan equipos de rescate ni nada parecido. El otro tema es el de los permisos gubernamentales, cerros de papeles que debes firmar, muchos del tipo "me hago responsable de mi vida y la de mis compañeros que deje atrás".

-¿Qué le aconsejas a alguien que piense en imitarte?

¡Ríndete! -bromea-. La verdad, mi único consejo es juntar tiempo en la montaña, en el mar, donde sea que te quieras especializar. Por eso, el fin de semana, sal al cerro. No te quedes en casa.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Los beneficios del consumo de huevo rompen con su mala fama.


Por Cristián M. González S.

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Pese a ser un alimento con múltiples proteínas y vitaminas, el huevo aún tiene mala fama. Una que comenzó en los años 80, cuando se transformó en un ícono del alto contenido de colesterol con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

Pero el tiempo y la ciencia han comenzado a hacer justicia. "En los últimos 20 años no hay estudios que muestren una relación entre la cantidad de huevo que se consume y el riesgo cardíaco. En cambio, sí hay unas 15 investigaciones que muestran lo contrario", enfatiza el doctor Donald McNamara.

Autor de más de 150 publicaciones sobre el tema, McNamara es una autoridad a nivel mundial en torno al huevo. Durante muchos años fue director ejecutivo del Centro de Nutrición del Huevo, en EE.UU., desde donde se encargó de desarrollar investigaciones que demostraran los beneficios de su consumo.

Ahora está en Santiago participando en el XV Congreso Latinoamericano de Nutrición, en donde presentó parte de esa evidencia: además de rico, el huevo tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, anticancerígenas e inmunológicas.

"Los huevos son nutritivos, tienen minerales y vitaminas esenciales para el desarrollo infantil y para un envejecimiento saludable".

A eso se suma que tiene 70 calorías, algo similar al aporte de una fruta. La clara contiene proteínas de alta calidad (similares a la leche, carne y pescado) y vitaminas A, E, D y B.

En la yema, en tanto, predominan las grasas monoinsaturadas, beneficiosas para el organismo. Además, aporta colina, nutriente que ayuda al desarrollo de la función cerebral en el feto y el recién nacido. De allí que el huevo sea un alimento que no debe faltar en las mujeres embarazadas.

"En Chile, el consumo es bajo. En promedio tres huevos y medio por persona a la semana, mientras que en otros países se consume el doble. Para la mayoría de la población no hay problema en consumir un huevo diario", precisa el doctor Jaime Rozowski, nutriólogo de la Universidad Católica, centro que ha realizado estudios que confirman que el consumo diario de huevo no altera el colesterol en la sangre.

Incluso para aquellos que tienen problemas con sus niveles de colesterol en la sangre, el huevo no está prohibido: se puede consumir, pero en menor cantidad. "También pueden quitarle la yema, que contiene el colesterol, y así no dejan de recibir el aporte de la clara", dice el médico.

El huevo también posee luteína y otros antioxidantes que ayudan a prevenir las cataratas y la degeneración macular. "La luteína se ha asociado a un menor riesgo de cáncer de mama", precisa McNamara.

Otras investigaciones plantean que algunas de las proteínas del huevo tienen un efecto sobre la saciedad y, por tanto, el control del peso. "Un estudio en EE.UU. mostró que quienes comían huevo al desayuno lograron perder el doble de kilos en ocho semanas que aquellos que no lo consumieron".

Estudios en Francia concluyeron que el huevo enlentece el vaciado gástrico, por lo que el estómago permanece lleno por más tiempo.

No obstante, el doctor Rozowski precisa que aún es discutible su efecto sobre la saciedad.


Adictos a la red.


Por Eugenia Weinstein.
RES, 11-10-08.


La adicción a internet es un trastorno psicológico nuevo, caracterizado por una relación compulsiva y dependiente con la red, pérdida de control en el uso del computador, privación de sueño, disminución o aumento exagerado del apetito frente a la pantalla, menor actividad física, descuido de las relaciones interpersonales e interferencia con las actividades sociales, laborales o académicas habituales. Sin embargo, miles de personas que pasan largas horas frente a un computador por razones de trabajo o estudio no son adictas. Lo que las diferencia es que tienden a usar internet para encontrar información y mantener relaciones preexistentes; mientras que los potencialmente dependientes le dedican, además, muchas horas a jugar, conocer gente o ser parte de un grupo virtual. Los adictos, en general, presentan algún tipo de vulnerabilidad afectiva, de modo que internet cubre en ellos un déficit en su personalidad. Así, una herramienta que le trae grandes beneficios a la mayoría, puede ser peligrosa para algunos.

Si usted se la pasa hasta altas horas de la madrugada frente al computador, presenta incapacidad para salirse de la pantalla, duerme cada día menos, llega tarde a sus citas en las mañanas, está medio aislado de su entorno, no presta debida atención a sus obligaciones sociales, manifiesta desinterés por toda actividad que no esté relacionada con la red, se comunica cada vez menos con su familia, o su pareja está a gritos reclamando abandono, ¡preocúpese! Quizás usted es una persona tímida e introvertida y la red le provee un contexto seguro y anónimo donde le es posible despojarse, por un rato, de su opresiva fobia social. O es posible que usted sólo se libere de sus inhibiciones sexuales cuando se contacta con otro en la limitada zona interpersonal del ciberespacio. O quizás a través del chat esté logrando paliar en algo su soledad al conocer, por lo menos virtualmente, a nueva gente. O es probable que en la red obtenga, transitoriamente, el apoyo social que necesita para calmar la ansiedad y la depresión que lo embarga. O quizás internet le permite crear personalidades ficticias, que modifican rasgos suyos que le disgustan. O es posible que mediante los juegos de internet usted encubra su inseguridad, ya sea porque a través de ellos se siente poderoso o porque saca a la luz rasgos ocultos o reprimidos de su carácter.

En todo caso, debe evaluar si muestra inquietud o malhumor cuando se ve impedido de acceder a internet, o si siente que el tiempo se detiene o se le vuela frente a la pantalla, o si ya ha perdido o puesto en peligro alguna relación significativa, trabajo o estudio debido a la red, o si su familia piensa que tiene un problema con internet, o si ya comenzó a mentirles acerca del número de horas que permanece conectado, o si usa internet como un medio de evadirse de los problemas o aliviar un estado de ánimo. Porque todos éstos son síntomas serios que demuestran que usted está perdiendo libertad. El mundo virtual puede estarse convirtiendo en un sustituto de la vida real. Por evadirse de lo que le cuesta, le duele o lo desafía, quizás esté desarrollando, sin darse cuenta, una dependencia enfermiza con el computador. Usted no soluciona sus problemas encerrándose en su individualismo y prescindiendo de los otros; sólo los tapa, posterga y agrava.

Pero ¡ojo! Si la situación ha llegado al punto de que cuando se levanta a las 4 de la madrugada para ir al baño, de regreso a la cama enciende el computador para ver si le ha llegado un correo, lamento comunicarle que la situación es aún peor. Puede que sea tarde y probablemente usted ya es adicto a la red. Por eso, no pierda más tiempo y hágase ver. De paso, le mando mi más sentido pésame a su familia. Debe ser bien difícil convivir con usted.

martes, 17 de noviembre de 2009

El cableado cerebral.


EM., lunes 08-03-04.

Por Fernando Monckeberg Barros, “el pediatra de Chile”.

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Es durante los primeros tres años de vida cuando el medio ambiente imprime el límite de lo que más tarde podemos alcanzar, tanto en el desarrollo físico, como intelectual. Si el medio ambiente es lo suficientemente generoso, va a ser posible la expresión total de nuestras potencialidades genéticas. Por el contrario, si es adverso, en igual proporción se limitarán las expresiones de nuestros genes.

En esta edad el cerebro es muy plástico, de modo que mediante el ejercicio y aprendizaje, es posible desarrollar habilidades específicas sobresalientes, tanto físicas como intelectuales. Pero también es muy susceptible a los traumas emocionales (maltratos), y estímulos caóticos, pudiendo afectarse sus estructuras y funciones en forma permanente. Es durante los primeros tres años de vida (algunos lo extienden hasta los seis), cuando se realiza el proceso de "cableado cerebral", consistente en el establecimientos de conexiones entre las 100 mil millones de células cerebrales, mediante la extensión de miles de millones de interconexiones (sinapsis) necesarias para su funcionalidad como un todo. Hoy se sabe que el número y diversidad de conexiones que se establecen, dependen, más que de la genética, de la calidad y cantidad de estímulos provenientes del medio ambiente. Como éste es diferente para cada niño, el cableado del cerebro es también diferente, no habiendo dos cerebros iguales.

Es así que el abandono y la carencia de estimulación afectan seriamente el proceso de cableado y estructuración cerebral, reflejándose más tarde en una variedad de anormalidades, entre las que cabe destacar una significativa disminución de la capacidad intelectual. Ello ocurre frecuentemente en condiciones de pobreza crónica y distorsión de la estructura familiar. Durante esta etapa de gran aprendizaje, en que el niño comienza a explorar el mundo que lo rodea, se encuentra con un ambiente familiar gris y aplastante, que no estimula su imaginación ni exacerba su curiosidad. Es así como la limitación y calidad de la estimulación verbal, emocional y cognitiva, dañan la estructura cerebral. En esta etapa se requiere de variadas experiencias sensoriales, las que deben ser continuas, positivas, consistentes, predecibles y repetitivas. El mayor daño se produce por experiencias caóticas.

El potencial daño y su gravedad se pueden predecir con relativa precisión ya desde el momento de nacer, si se evalúa cada uno de los diversos factores adversos que estarán presentes en su entorno, como hijos no deseados, madres solteras menores de edad, bajo peso al nacer, baja escolaridad y bajo C.I. de los padres, ausencia del padre, inseguridad y desorden alimentario, pobreza extrema, cesantía, retraso en el crecimiento, violencia intrafamiliar, alcoholismo y drogadicción de los padres. Ellos se pueden evaluar por un simple cuestionario. Conin, una corporación cuyo objetivo es la recuperación de estos niños, en su dilatada experiencia, ha podido evaluar el impacto de los diversos factores ambientales adversos, constatando que cuando la presencia de factores adversos es aditiva y además su acción se prolonga en el tiempo, pueden llegar a producir graves daños físicos e intelectuales, siendo muy difícil su recuperación. Según las estadísticas del Servicio de Salud, 25 mil niños menores de dos años, cada año, están bajo el impacto continuo de estos factores adversos. Considerando su número acumulativo anual, se puede concluir que constituyen un serio obstáculo para lograr el adecuado rendimiento del sistema educacional.

El abordar este problema requiere de un nuevo enfoque, que no sólo se restrinja a la recuperación de los daños, sino que además se oriente a la prevención de ellos. La implementación de la educación preescolar sin duda que ha sido un paso positivo, pero ello no basta, ya que el daño se ha producido en edades anteriores. Se requiere del diseño de un programa focalizado, con variedad de intervenciones según el tipo y gravedad de factores adversos a que puede estar sometido el niño, y que ellas se inicien ya a poco de nacer. Si no logramos contar con un recurso humano indemne, no serán posibles las metas de una educación moderna para todos, y con ello se alejarán nuestras esperanzas de alcanzar el desarrollo con igualdad de oportunidades.

Diabetes: enfermedad metabólica con crecimiento sostenido.


EM., VCyT, 16-11-09.

Más de 246 millones de personas en el mundo padecen esta patología, y en Chile esta cifra supera a las 850 mil.

Control médico y vida sana son claves para evitar complicaciones.


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Hoy, 14 de noviembre, se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, enfermedad que hoy afecta a más de 246 millones de personas en el mundo, aumentando a tasas epidémicas, según la Organización de las Naciones Unidas.

Es la primera vez que una patología no infecciosa como ésta se considera de tan alto riesgo y propagación, con casos en todos los países, y una muerte cada diez segundos, de acuerdo al último informe de la Federación Internacional de la Diabetes.

En Chile la situación es gravitante, ya que más de 850 mil personas la padecen, pero alrededor de un 14% no lo sabe, según estadísticas de la Asociación de Diabéticos de Chile. Junto a ello, un alto porcentaje no realiza su tratamiento de manera adecuada. Sin embargo, las complicaciones de la diabetes pueden llegar a prevenirse a tiempo, principalmente mediante hábitos de vida más saludables.

Enfermedad crónica.

La diabetes es una enfermedad crónica y debilitante, caracterizada por altos niveles de glucosa en la sangre, que ocasionan daños al sistema vascular y nervioso, y a nivel renal y ocular, entre otros. Afecta ligeramente más a mujeres que a hombres y se produce por dificultades en la producción de insulina, hormona proveniente del páncreas, encargada de movilizar el azúcar desde la sangre hasta las células del cuerpo, para ser utilizada como combustible.

Sed intensa, orina excesiva, aumento o pérdida de peso, hambre constante, heridas fáciles, hormigueo, visión borrosa, disfunción sexual, decaimiento general y falta de energía son los principales síntomas que acusan esta enfermedad, relacionada con factores genéticos y autoinmunes, entre otros.

Existe diabetes tipo 1 -también conocida como diabetes juvenil-, y tipo 2. En el primer caso, no existe producción de insulina y los pacientes deben suministrarse esta hormona diariamente para vivir. Es menos frecuente y representa al 10% de los pacientes diabéticos, desarrollándose en la infancia y adolescencia.

Las personas con diabetes tipo 2 producen insulina pero no pueden emplearla eficazmente y, en algunos casos, pueden llegar a requerir la hormona como tratamiento. La enfermedad se gatilla principalmente en la adultez, pero muchas veces los síntomas no aparecen sino hasta muy tarde, cuando la enfermedad ya ha comenzado a afectar el organismo.

Junto al tratamiento médico es fundamental un estilo de vida saludable. Disminuir el peso, ser constante en los controles médicos, dejar de fumar, y la alimentación sana son medidas importantes para evitar el desarrollo de complicaciones, como la neuropatía, retinopatía y nefropatía -compromiso nervioso, ocular y renal-, que pueden desencadenar problemas graves como la ceguera, insuficiencia renal, amputación y daño cardiovascular.

Una mayor ingesta de frutas, verduras, legumbres y pescados, y la disminución del alcohol y el azúcar, pueden contribuir positivamente en la vida de estas personas, al igual que el ejercicio físico que reduce los niveles de azúcar y disminuye el sobrepeso que afecta al 80% de los pacientes diabéticos.

Campaña mundial.

"La diabetes es una de las causas más importantes del mundo, en relación a los gastos, la mortalidad, la discapacidad y el crecimiento económico perdido. Estos efectos son trágicos porque existen tratamientos probados y de bajo costo disponibles para prevenirlos", señala el informe de la Federación Internacional de la Diabetes. Por este motivo, la conmemoración del Día Mundial de la Diabetes se vuelve fundamental para sensibilizar, prevenir e informar a la población sobre el cuidado y evitar su propagación.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Desde Galileo hasta hoy "detener la ciencia es inútil".

EM, V,CyT, 06-11-09.

Por Paula Leighton N.

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En 1610, en un pequeño libro llamado "Sidereus Nuncius" (Mensajero de las Estrellas), el físico y matemático italiano Galileo Galilei publicó los increíbles hallazgos que había observado sólo unos meses antes.

En el libro declaraba haber visto cráteres en la Luna -hasta entonces se pensaba que ésta semejaba una esfera de vidrio-, decía que la Vía Láctea estaba formada por estrellas y que había visto cuatro cuerpos que orbitaban a Júpiter. Todo ilustrado con precisos detalles.

Un telescopio perfeccionado por él mismo (y el más poderoso construido hasta la fecha) le permitió describir los hallazgos hechos entre diciembre de 1609 y enero de 1610.

Esas observaciones llevaron a que 2009 fuera declarado el Año Internacional de la Astronomía.

Pero en su tiempo, fueron el inicio de un conflicto que terminó con Galileo condenado a cadena perpetua por la Inquisición. "Galileo entre ciencia, fe y política" es justamente el título del libro que hace un año publicó el físico y académico Alberto Righini, profesor de la Università degli Studi, de Florencia, quien estuvo en Chile invitado por el Instituto Italiano de Cultura y la Universidad Católica.

El Sol al centro.

Righini explica que lo que Galileo concluyó al mirar el cielo desafiaba los postulados de la Santa Biblia y la Iglesia. Ésta sostenía que el Universo era estático y formado por esferas concéntricas de cristal sobre las que estaban situados los planetas y al centro de las cuales estaba la Tierra, sobre la que reinaba el Papa defendiendo a la humanidad.

A partir de sus hallazgos, Galileo empezó a enseñar que -tal como lo había postulado Copérnico- el Sol era el centro y que la Tierra y los otros planetas lo orbitaban.

Unas décadas antes estos postulados no hubieran sido un problema. Sin embargo, continúa Righini, los planteamientos de Galileo -un ferviente católico y amigo de Papas y autoridades religiosas- se dieron a conocer en medio de la pugna entre la Iglesia Católica y los protestantes, que cuestionaban su poder y autoridad.

Entonces la Iglesia prohibió interpretar y cuestionar la Biblia. Y eso era justamente lo que Galileo estaba haciendo, señala Righini. Pero él no se dio cuenta de que ésta era una advertencia real. No entendía que su teoría pudiera tener las consecuencias que más tarde tendría. "Para él, quedarse con lo que decían los libros era un error. Había que experimentar".

En 1632 el físico publica su controversial obra "Diálogo concerniente a los dos sistemas principales del mundo: Ptolomeico y Copernicano", donde reafirma el que el Sol está al centro del universo.

La Inquisición lo acusa de herejía. "El juicio, en 1633, no fue un enfrentamiento entre fe y ciencia, sino un choque con la nueva libertad de pensar, de entender con los propios ojos y el cerebro y no conformarse con lo que estaba escrito", dice Righini. "Su juicio fue tan político como los juicios políticos modernos contra quienes se oponen a lo que el poder quiere que se piense".

Imparable.

Cuatrocientos años después de Galileo, sostiene Righini, el conflicto entre ciencia, fe y política sigue vigente.

"En mi libro sostengo que el nuevo conflicto entre ciencia y el pensamiento de la Iglesia está en la biología: en el control de las células madre, de los embriones y la genética".

Sin embargo, ejemplifica, cuando en EE.UU. George W. Bush eliminó los fondos públicos para el estudio con células madre embrionarias, "en India los científicos estaban felices con la posibilidad que se abrió en su país para avanzar en esos estudios".

"Y eso es lo hermoso de la ciencia", sentencia Righini. "No puedes pararla. Si la frenas en un lugar, alguien la hará avanzar en otra parte. Detenerla es inútil: lo que hay que hacer es educar a las personas para que sepan usarla".